Nota escrita por Carla Conte para Unicef.
Sinceramente no se que me incentivó a informarme, fue algo que surgió cuando me enteré que estaba embarazada. Fueron 9 meses hermosos de no parar de leer, buscar, hablar, pensar, todo el tiempo iba más allá, una cosa me llevaba a la otra y así fue que parí y me quedaron muchos libros por leer porque una vez que nació Mora los tiempos cambiaron por completo. ¡Y seguí leyendo pero de a una pagina por mes!
Lo que más me impactó fue el darme cuenta que no sabía nada, y que la mayoría de las madres que conocía tampoco. Casi todas las madres que conocía habían llegado al parto con mucho miedo y entregadas a que pase lo más rápido posible y sin darse cuenta, cosa que hoy todavía no puedo comprender. Creo que el miedo radica justamente en el desconocimiento y la desinformación.
Definitivamente creo que el conocimiento te saca todos los miedos, uno por uno. Saber que es lo que te está pasando en el cuerpo y por sobre todas las cosas que es lo que te va a pasar en el parto, paso a paso. Conocer las posibilidades para poder elegir. Que es el goteo, la oxitócica sintética, la epidural, la episiotomía, el monitoreo... Y así con todo para poder decidir. Porque sino estamos entregando nuestro parto a otro, en vez de ser las protagonistas absolutas de ese momento y disfrutarlo como nos merecemos.
Prepararse para el parto me parece fundamental y cuando digo prepararse no me refiero para nada a los cursos que te enseñan a respirar, a pujar y esas cosas. Me refiero a sacarse todas las represiones que nos han metido en la cabeza y darnos cuenta del poder enorme que tenemos: el poder de parir. Nadie lo va a saber hacer mejor que nosotras. Nadie nos puede decir cómo nos sentimos, qué deseamos, en que posición nos queremos poner, con quien queremos estar.
Para parir necesitamos total libertad, tranquilidad, mucha intimidad, estar en el lugar que nosotras elijamos que puede ser la casa, la clínica o el que queramos y por sobre todas las cosas, confiar en nosotras mismas. Por suerte hay muchos grupos de mujeres que nos ayudan para que eso suceda. Solamente tenemos que dejarnos guiar por nuestros instintos, buscar el apoyo que necesitamos. Está ahí para nosotras, tenemos que abrir los ojos.
También creo que es fundamental conocer las rutinas que le hacen a los bebés apenas nacen. Lo único y verdaderamente importante que debería suceder es que la mamá y el bebé no se separen por nada del mundo. Esa separación nos modifica para siempre, si pudiéramos entender la dimensión de la importancia que tiene ese momento único e irrepetible en nuestra vida, si realmente lo supiéramos, si fuéramos puramente instinto, no dejaríamos que se lleven a nuestros bebés. Si sabemos, podemos luchar, decidir y elegir qué queremos para nuestro bebé.
La información te da poder, te hace fuerte para enfrentar lo que sea. Saber que tenemos una ley que nos ampara a la hora de parir, la Ley 25.929, que tenemos derechos, nosotras y nuestros bebés. No pueden hacer con nosotras lo que quieran como si estuviéramos enfermas.
Lo que más me impactó fue el darme cuenta que no sabía nada, y que la mayoría de las madres que conocía tampoco. Casi todas las madres que conocía habían llegado al parto con mucho miedo y entregadas a que pase lo más rápido posible y sin darse cuenta, cosa que hoy todavía no puedo comprender. Creo que el miedo radica justamente en el desconocimiento y la desinformación.
Definitivamente creo que el conocimiento te saca todos los miedos, uno por uno. Saber que es lo que te está pasando en el cuerpo y por sobre todas las cosas que es lo que te va a pasar en el parto, paso a paso. Conocer las posibilidades para poder elegir. Que es el goteo, la oxitócica sintética, la epidural, la episiotomía, el monitoreo... Y así con todo para poder decidir. Porque sino estamos entregando nuestro parto a otro, en vez de ser las protagonistas absolutas de ese momento y disfrutarlo como nos merecemos.
Prepararse para el parto me parece fundamental y cuando digo prepararse no me refiero para nada a los cursos que te enseñan a respirar, a pujar y esas cosas. Me refiero a sacarse todas las represiones que nos han metido en la cabeza y darnos cuenta del poder enorme que tenemos: el poder de parir. Nadie lo va a saber hacer mejor que nosotras. Nadie nos puede decir cómo nos sentimos, qué deseamos, en que posición nos queremos poner, con quien queremos estar.
Para parir necesitamos total libertad, tranquilidad, mucha intimidad, estar en el lugar que nosotras elijamos que puede ser la casa, la clínica o el que queramos y por sobre todas las cosas, confiar en nosotras mismas. Por suerte hay muchos grupos de mujeres que nos ayudan para que eso suceda. Solamente tenemos que dejarnos guiar por nuestros instintos, buscar el apoyo que necesitamos. Está ahí para nosotras, tenemos que abrir los ojos.
También creo que es fundamental conocer las rutinas que le hacen a los bebés apenas nacen. Lo único y verdaderamente importante que debería suceder es que la mamá y el bebé no se separen por nada del mundo. Esa separación nos modifica para siempre, si pudiéramos entender la dimensión de la importancia que tiene ese momento único e irrepetible en nuestra vida, si realmente lo supiéramos, si fuéramos puramente instinto, no dejaríamos que se lleven a nuestros bebés. Si sabemos, podemos luchar, decidir y elegir qué queremos para nuestro bebé.
La información te da poder, te hace fuerte para enfrentar lo que sea. Saber que tenemos una ley que nos ampara a la hora de parir, la Ley 25.929, que tenemos derechos, nosotras y nuestros bebés. No pueden hacer con nosotras lo que quieran como si estuviéramos enfermas.
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