Los partos por cesárea han aumentado notablemente en la mayor parte de occidente. En EEUU, por ejemplo, casi un tercio de los niños viene al mundo mediante esta intervención. Ahora, el Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia ha decidido flexibilizar las restricciones respecto a qué mujeres pueden evitar una cesárea de repetición.
Las nuevas recomendaciones consideran a la mayor parte de las mujeres que tuvieron un primer parto por cesárea y a muchas de aquellas cuyos dos primeros hijos nacieron por este método candidatas a tener un parto vaginal en los siguientes embarazos. El país americano renuncia así a la vieja política de 'una cesárea, siempre cesárea'.
El objetivo es reducir el número de estas intervenciones, que ha crecido mucho en las últimas décadas. Uno de las causas de este aumento es, precisamente, la citada política. Mientras que en la década de los 80, tres de cada 10 mujeres que habían tenido un primer hijo mediante cesárea parían al segundo por vía vaginal, hoy en día ese porcentaje no alcanza el 10%.
Aquellas mujeres que esperan gemelos y que ya pasaron por una cesárea también son candidatas a tener un parto vaginal, según la guía, que aparece en la revista 'Obstetrics & Gynecology'. Además, hace especial hincapié en que todas ellas deberán recibir información precisa en torno a los pros y contras de ambas intervenciones para que puedan decidir.
"Queremos oír, alto y claro", la elección de las mujeres, ha declarado William Grobman, de la Universidad de Northwestern, coautor de la guía. "En pocas ocasiones existe algo absolutamente acertado o erróneo, y ahí reside la importante de la toma de decisiones compartida [entre médico y paciente]", añade en las páginas de 'The Washington Post'.
Miedo ante las roturas uterinas
Desde 2009, los Institutos Nacionales de Salud de EEUU están analizando la seguridad de los partos vaginales tras una cesárea. A principios de este año, un grupo de expertos reunido por esta organización concluyó que no existe de por sí ninguna razón para que una mujer que se ha sometido a una cesárea se someta obligatoriamente a tal intervención.
Estas conclusiones, que han propiciado finalmente un cambio en las guías clínicas, derivan de la observación de que las mujeres que ya han pasado por una cesárea e intentan tener un parto natural tienen éxito en un 60%-80% de las ocasiones. Además, el riesgo de rotura uterina "es bajo -entre el 0,5% y el 0,9%-", señala el Colegio en un comunicado.
"Debido a la pesada carga médica que soportan los ginecólogos y los obstetras, la interpretación de las antiguas guías permitía a muchos hospitales vetar todos los partos vaginales postcesárea", explica Richard N. Waldman, presidente del Colegio. "Nuestra principal meta es promocionar el ambiente más seguro para dar a luz, no restringir el acceso al parto natural", añade en el comunicado.
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