Al llegar, nos dirigimos al área de maternidad donde nos recibió una enfermera con órdenes de mi médico de internarme y hacerme una inducción. Pero... ¿Cómo? ¿Qué estaba pasando? ¿Me había perdido de algo? Yo no había pedido ni goteo ni oxitocina ni nada raro. Debía haber alguna confusión. Pero no. Yo no lo podía creer, había leído mucho sobre las prácticas rutinarias que se realizan sin necesidad en los centros de salud pero de todos modos me asombré. Me parecía una barbaridad que sin ni siquiera saber si tenía 0 o 10 de dilatación me quisiesen inducir el parto. Estaba horrorizada pero me lo tomé con calma. Pedí ver al médico, me hizo tacto y tenía 3 de dilatación. Intentó convencerme de que lo mejor era inducir el parto, que solamente era colocarme un suerito y para el mediodía nomás mi bebé ya estaría conmigo. Con mucha seguridad le expliqué que mi intención era hacer el trabajo de parto tranquila en mi casa y que no tenía ningún apuro en que mi hijo naciera, que podía esperar.
Me habían acompañado Yamil y mi mamá a quienes el médico también intento convencer de hacerme la inducción. Como si yo no supiese lo que quería.
Por supuesto que nos marchamos los tres de vuelta para casa. Ya que no habíamos pegado un ojo en toda la noche nos acostamos a dormir lo que las contracciones me lo permitiesen.
Llovía a cantaros. Las hora pasaron y se hicieron las seis de la tarde. El dolor se volvió intenso.
Armamos un pileta de bebé para que pasara las contracciones en el agua.
Armamos un pileta de bebé para que pasara las contracciones en el agua.
Mucho tiempo adentro no estuve. Necesitaba moverme. Ya se hacían cada vez más insoportables las contracciones y empecé a ir de un lado para el otro de mi casa o a caminar en círculos alrededor de la pileta.
En un momento me invadió el miedo y sentí que no aguantaba más el dolor. Me asustaba no tener ni idea cuánta dilatación tenía y por lo tanto, hasta donde podía llegar el dolor, cuánto faltaba para que termine. Sentía que mucho más no iba a poder tolerar.
Quería que alguien me dijese cuánto faltaba. Necesitaba hablar con una mujer experimentada, que haya pasado por lo mismo que estaba pasando yo. Mi mamá nos tuvo a mi hermana y a mí por cesárea (lamentablemente innecesarias), entonces decidí llamar a mi tía. Desde que había empezado a sentir el dolor más intensamente, no había emitido muchas palabras. Vivía las contracciones en silencio y cuando llamé por teléfono y tuve que hablar rompí en llanto. Más precisamente en el momento en que mi tía me preguntó: “-¿Qué sentís, qué te duele?" Me acuerdo que mi respuesta fue: "-Todo, me duele todo”. Pero enseguida me abracé fuerte a mi mamá y me sentí mejor.
El resto de las horas las pasé a oscuras bajo la ducha, caminando por todos lados o tirada en el sillón.
Hasta que decidimos que era momento de ir a la clínica. En el camino miré la hora y se habían hecho las 10.30 de la noche.
Al llegar, nos anunciamos y tuvimos que esperar en una habitación a que llegase la partera. Un nuevo tacto y ya tenía ¡¡ocho de dilatación!! ¡¡Qué alivio, qué alegría!!
Hasta que decidimos que era momento de ir a la clínica. En el camino miré la hora y se habían hecho las 10.30 de la noche.
Al llegar, nos anunciamos y tuvimos que esperar en una habitación a que llegase la partera. Un nuevo tacto y ya tenía ¡¡ocho de dilatación!! ¡¡Qué alivio, qué alegría!!
Y acá comienza otra vez la lucha e indignación.
Como todavía no había roto bolsa, la partera me ofreció romperla artificialmente para acelerar las cosas. Yo ya había soportado todo el día las contracciones, si bien quería que se terminaran en ese preciso instante, ya no me costaba esperar un rato más.
Después me quiso poner suero pero le pedí que espere, que a mí me aliviaba caminar y atada al suero no iba a poder. Aceptó y me dejó sola con Yamil y mi mamá.
Yo caminaba tranquila de una punta a la otra de la habitación y no quería ni que Yamil ni mi mamá me toquen o se acerquen. Cuando la partera regresó, volvió a ofrecerme romper la bolsa artificialmente. Yo no le veía sentido y me volví a negar. De repente empecé a sentir unas ganas inmensas de ir al baño. La partera me indicó que haríamos "un pujo de prueba para ver si pujaba bien" (????) y luego, nos íbamos a la sala de partos. Con ese pujo rompí bolsa. Ya estaba, sentía que Isi ya quería salir. En el camino a la sala de partos tuve que contenerme las ganas de pujar por miedo a que Isi naciera en el ascensor. (Qué bueno hubiese estado!!!)
En la sala de partos me esperaba el médico. Lo vi que preparaba unas cosas. ¡¡Tenía nuevamente intención de ponerme oxitocina!! ¿Para qué? Supuestamente porque las contracciones eran demasiado cortas y como tenía que pujar cada vez que me viniese la contracción había que alargarlas. Yo no tenía ni tiempo de indignarme, sentía que Isidro quería nacer en ese preciso instante pero no quería pujar porque había perdido a Yamil y a mi mamá en el camino. No habían entrado a la sala de partos todavía porque necesitaban ropa especial. De más está decir que no le permití que me ponga oxitocina. Pujaría cuantas veces sea necesario para dar a luz a mi bebé. Una vez que dejó la oxitocina de lado, paso a preparar una jeringa con anestesia para poder hacerme la episiotomía. Y otra vez a explicarle que tampoco quería episiotomía, que me arriesgaba a desgarrarme. Pero no me daba mucha bolilla, quizás me veía demasiado joven pero no por eso sin poder de decisión. De todos modos aparecieron mis acompañantes y repitieron que no quería episiotomía. Una vez con uno de cada lado en la camilla, ni tan sentada ni acostada (fue la mejor posición que encontré en la camilla de parto), empecé a pujar y en sólo tres pujos nació mi hijo.
Sin oxitocina sintética, sin romper la bolsa artificialmente, sin suero, sin epidural ni ningún otro tipo de anestesia, sin episiotomía, sin siquiera un pinchazito y con la compañía de las dos personas que más necesitaba en ese momento nació Isidrito.
El médico se quedó con la anestesia preparada sin usar y lo único que hizo fue agarrar a Isidro que tenía doble vuelta de cordón, lo desenredo y me lo paso a mi pecho.
Isidro nació a la 1.25 del martes, después de 24 horas de contracciones, sin llorar y con los ojos abiertos bien grandotes. Imposible de explicar lo que sentí cuando tuve a esa personita tan chiquitita, húmeda y calentita por primera vez en mis manos.
Durante el parto estuvieron la partera y el médido. El cordón se lo cortaron mientrás estaba sobre mi pecho. Me hubiese gustado esperar un rato más. No comprobé si había dejado de latir.
Luego vinieron una neonatóloga y una enfermera. La neonatóloga lo revisó y cambió al lado mío. Otra cosa que me hubiese gustado que sea distinta. ¿Para qué cambiarlo tan rápido y porque no revisarlo arriba mío?
Yo me sentía espléndida, sin ningún dolor o molestia. Salvo mucha mucha sed. Tuve un pequeño desgarro, pero debe haber sido ínfimo porque no necesité ni puntos.
Isidrito se prendió rápido y sin problemas a la teta mirando con sus ojitos curiosos para todos lados. Nos dormimos juntos y desde ese día no hay un día que no nos durmamos abrazaditos y bien pegados.
Parir fue divinamente maravilloso, volvería a parir una y mil veces. Quizá tendría que ser más humilde pero voy a optar por ser sincera. Es inmensa la sensación de poder y el autoestima alto que me dejó ser la protagonista de mi parto y ayudar a nacer a mi hijo.
Comparto mi relato porque creo que si todas las mujeres empezásemos a informarnos sobre la fisiología del parto y nuestros derechos, a pedir lo que queremos y exigir que se cumpla y que se respeten nuestros tiempos y decisiones, estas prácticas rutinarias y la gran mayoría de las veces innecesarias que afectan muchas veces de manera negativa al bebé, a la mamá y su vínculo, dejarían de realizarse. No debería ser necesario parir en el hogar para evitar que hagan lo que quieran con una.
marti me r!e gusto lo que escribiste!estoy re orgullosa de vos y de tu forma de hacer las cosas y de verlas, todo para Isi! te quiero mucho, segui creciendo! emi
ResponderEliminarEmi!! Muchas gracias en serio =) Me encanto y me pone re contenta lo que me decís... Te quiero muchisimo!!! Un beso gigante!!
ResponderEliminarLlegué a tu blog por facebook y me gusto mucho lo que escribiste. Saludos de mamá a mamá!!
ResponderEliminarMuchas gracias Mariana y bienvenida al blog!! Me alegra que te haya gustado!! Un beso!!
ResponderEliminarHermoso relato!! Gracias x compartirlo!! Un abrazo para vos y tu niño!
ResponderEliminarMuchas gracias Amarpartos =)
ResponderEliminarOtro abrazo para vos!!
Precioso!!! Que felicidad!! Sin pudor y con orgullo que ese poder es nuestro y todas lo tenemos que recuperar. Se siente enorme ese poder es la fuerza mas salvaje que existe... bello, hermoso. Quiero parir otra vez!!!! Te felicito por empoderarte. Un beso enorme para vos y para Isi!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Carla!!! Igualmente mis felicitaciones para vos!!! =)
ResponderEliminarUn abrazo grande y cariños para vos y Morita!!!
que linda historia!
ResponderEliminara mi no me apoyaba nadie y entonces cada vez que exigia algo todos se me ponian en contra, incluyendo mi mama y mi marido no decia ni una ni otra cosa.. asi que no pude hacer nada de lo que queria, y ademas cristina la de los partos humanizados nos habia contado que habia muchos casos aca en rosario en donde los medicos habian denunciado a las madres que se ponian "rebeldes" con exigir sus derechos en los hospitales con la caratula de "atentar contra la vida de sus hijos" (increible no?)
otro dia te sigo contando jeje :)
y que buena idea tuviste con lo de la pile! no se me habia ocurrido!! para la proxima ya se :)
Gracias Gi!!
ResponderEliminarEn serio?? Me dejaste helada con lo de las denuncias!! Debería ser al revés!!
Para la prox. sino es posible un parto en casa y tampoco contratar un doula que hable por vos mientras vos puedas conectarte con vos misma y tu bebe, lo ideal creo que sería buscar un doctor acorde a tus ideales y hacer un plan de parto. Y obvio preparar a la gente que te acompañe.
Pero ojalá que las cosas cambien aunque sea un poquito antes!!
Besitos!!
siii yo investigue mucho y hable muchisimo con el obstetra sobre el parto humanizado, lo unico que el me habia planteado es que la episiotomia la hace si o si, pero eso no me molestaba tanto mientras se respetara todo el resto, no cortar el cordon hasta que deje de latir, entregarmelo apenas naciera, cuando se lo llevaran lo iba a poder mirar desde el sillon de partos, me iba a dejar moverme con las contracciones, no ibamos a usar peridural, ni oxitocciona, pero llegado el dia fue todo al reves, recuerdo que cuando estaba por cortar el cordon (cosa que sucedio en el 1er segundo de nacido) mi marido le grito ¡no! te habiamos dicho que no! y el tipo nos miro y le dice al neonatologo: ¡pero porque no le explicas porque HAY que cortar el cordon! (en tono de mira estos pendejos lo que plantean!) jaja
ResponderEliminarSiendo que en el formulario de recien nacido legal, no ampara la practica a no ser casos de emergencia...
yo creo que me quisieron pasar por arriba por tener 22 años y lograr convencer a mi entorno rapidamente.. entonces quedaba solita con mis exigencias je.. porque todos me decian
-pero escucha al doctor gisel.. el sabe..
opinion mia.. los doctores tratan los nacimientos como un negocio, un trabajo que se debe resolver en 6hs y sino se hace naturalmente hay que sacarlo como sea..
asi que la proxima me quedo en casa y no le aviso a nadie jajaja, asi nadie se mete y ahorro asi la contrato a cris y viene a casa a ayudarme jajaja
jajaja Muy buena elección para el próximo parto!!! No se si leíste el libro "Nacimiento renacido" de Michel Odent, sino te lo super recomiendo!! Te va a encantar!!
ResponderEliminarSi lo lees te vas a morir de ganas de volver a parir. O por lo menos es lo que a mi me pasa. Cada palabra que leo y aumentan más mis ganas de volver a dar a luz. Obvio que en las condiciones que Odent plantea: Tranquilidad e intimidad.
Tu experiencia con ese médico es lamentable. Vos tendrías que haberlo denunciado a el!!
Besos!!!
Me llena de emoción y de fuerza tu relato, admiro tu valor. Me hubiera gustado afrontar mi primer parto, hace 4 años, con la misma información y convencida de lo que quería para mi y mi hija en ese momento.
ResponderEliminarEl 23 de enero (exactamente 1 mes antes del nacimiento de tu Isidro) nació Camilo, en casa, con la presencia de su papá, su hermana y su abuela, así como debería haber sido desde un principio con Violeta, mi gordita mayor.
Ahora me conformo pensando que es mejor haber conocido esta otra manera de parir tarde, en vez de no haber llegado a ella nunca. Pero el recuerdo de la angustia en el sanatorio no es fácil de borrar.
Te admiro mucho. Cariños, Loana.
Loana!!! Gracias por pasar por mi blog y bienvenida!!!
ResponderEliminarGracias por tus lindas palabras con respecto a mi parto...
Lamento que tu primer parto no haya sido lo que soñaste... Pero es reconfortante saber que hallaste el camino para entrar a un nuevo mundo más respetuoso y lleno de amor y que además hayas tenido una segunda oportunidad para parir libre y humanizadamente...
Deseo que pronto cure la herida por el mal momento que pasaste en el sanatorio... Estoy segura que con mucho contacto piel con piel de a poquito lo van a lograr...
Cariños para vos también.... Martina.-
Sos una Genia!! Admiro tu valor y el de las personas que te acompañaron.
ResponderEliminarCreo que ya conocía tu historia, pero leerla me súper emocionó.
A mi me hicieron una cesárea innecesaria y conozco en carne propia ese sabor amargo; después pude tener dos partos naturales, pero es como remar contra la corriente... a todos les parecés una loca empecinada por parir sin importar "las consecuencias".Es increíble la desinformación que tenemos!
Por suerte, a veces encontramos en nuestro camino personas que colaboran para que esta experiencia de parir sea maravillosa!!
Te felicito por todo lo que estás haciendo
Meli.
como desde que fui mamá tengo lágrima fácil, obviamente me emocione, realmente admirable lo tuyo sobre todo por ser tan joven, me senti muy identificada porque yo tambien me sali con la mia me querian y pude tener parto normal, sin anestesia sin episiotomia, y apenas unos puntitos de un desgarro pequeño pero que ni me afecto y valio la pena la felicidad de hacer nacer yo a mi hijo.
ResponderEliminarCuanta verdad hay en que hay que estar super informada!!!
Te felicito! Por tu decisión de informarte primero (La educación es la palanca que puede cambiar el mundo!) y por tu fortaleza para enfrentar cada "oferta" de práctica médica con firmeza y decisión siendo poderosa aún con la "debilidad" de quien está por parir y siente dolor. ¡Un ejemplo! Pulicaré tu blog en los blogs recomendados del 1er Congreso Virtual sobre Embarazo y Crianza es gratuito para padres y educadores Te invitamos a participar en él para que compartas con más personas tu valiosa experiencia. Saludos y GRACIAS! Natalia Gil
ResponderEliminarhttp://embarazoycrianza.ning.com
Que bello testimonio, me impresiona tu fuerza y valentía. Me identifico mucho con tu historia, ya que es muy parecida a la mía. Ojalá muchas mujeres pudieran vivir partos como el tuyo, ya que quedan grabados en la carne como experiencias místicas, reveladoras del propio ser, en las que nunca se vuelve a ser la misma mujer que se era antes de PARIR. Un abrazo, y gracias por este espacio.
ResponderEliminarMarti, muy emocionante tu relato. No pude contener las lágrimas. Realmente, ese pequeño cuerpecito que tenés alberga a una gran mujer. Felicidades!! Ale H
ResponderEliminarQue lindo relato!!, me emocioné tanto... como con cada texto de este blog.
ResponderEliminarEs hermoso lo que contás, y te admiro por tu gran valentía.... me gustaría poder hacer lo mismo, tomar las riendas de ese momento, sin sentir culpas ni miedos extremos... Estoy de 23 semanas, soy de Rossrio, Santa Fe, (Arg.), y vivo leyendo cosas sobre el embarazo y el parto... Hablé con mi obstetra sobre estas cosas pero como que no le da mucha importancia a lo que digo..y me da miedo.... Gracias x compartir esta historia, la compartiré con mi marido. Un abrazo, y te sigo!!..aprovecho a invitarlas a que pasen por mi blog, credo recientemente, http://lasillamecedora.blogspot.com donde voy narrando mis historias, pensamientos, sentimientos que voy atravesando en mi primer embarazo... un abrazo! FER
Te admiro! leí tus dos partos! Espero verme así de linda el día que me toque a mi, te veías hermosa, majestuosa y orgullosa! Solo una duda, que tan pequeña eres? leí un par de veces eso. Lo digo pues soy bastante baja, pero tengo la ilusión de un parto natural el día que sea madre. Mis saludos!
ResponderEliminarlei los relatos de tus dos partos, y son maravillosos! estoy esperando una hija, lejos de mi familia y en un mundo medico que desconozco. la verdad que con muchisimos miedos e incertidumbres... si bien me estoy leyenedo todo lo que puedo, en busca de un parto tranquilo, natural, lo menos intervenido posible, creo que voy a estar como vos en tu primer parto con un ojo siempre alerta mirando que quiere hacer el Doc- me estresa de solo pensarlo! me encantaria que me recomiendes literatura o autores. gracias
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